domingo, 29 de mayo de 2011

Hablemos de actividad sexual paranormal

En este articulo intentaré hablar de experiencias sexuales paranormales, motivado por un articulo de Reynaldo Silva Salas que haré referencia en el final, el contacto con entes fantasmales es algo que da que hablar en el mundo por investigadores de los sucesos paranormales y cazadores de fantasmas pero en muchos casos no creen en que su exposición publica sea conveniente.

¿Qué es una actividad sexual paranormal?

Dicha actividad hace referencia a el contacto físico sexual entre un ser vivo y un ente o fantasma, como le quieran llamar. La posibilidad de este tipo de contactos sexuales, deseados o no, entre seres fantasmales y personas vivas es una realidad para muchos, victimas inocentes de estos sucesos y un tema apasionante del mundo paranormal.

El solo hecho de mencionar la existencia de la actividad sexual paranormal suena absurdo, pero es casi tan antiguo y común que permite descartar de la gente las dudas sobre su veracidad, los que estudian este sector de lo paranormal coinciden en que el tema es mucho más que motivo de risas. La posibilidad de encuentros íntimos entre seres encarnados y desencarnados ha estado presente desde el inicio de la historia humana, principalmente en mitos y leyendas que han creado el corpus de creencias de muchas religiones y cultos antiguos y repartidos en todo el mundo.

En la Edad Media empezaron a registrarse minuciosamente los reportes acerca de encuentros sexuales y abusos perpetrados por entidades del mundo espiritual, entrado el siglo XIX y con la expansión del espiritismo a nivel mundial, empezaron las investigaciones serias con respecto a las agresiones sexuales por parte de entidades y espíritus del denominado “bajo Astral”.

Pero no fue sino hasta 1974, cuando los parapsicólogos de del Laboratorio de Parapsicología de la Universidad de California se toparon con el caso de Carla Moran (Doris D), uno de los primeros casos documentados y analizados de actividad sexual paranormales, uno de los casos más extremos y agresivos; el ya famoso caso de “El Ente” y el cual nunca pudo explicarse satisfactoriamente. A partir de entonces, son pocos los parapsicólogos que nieguen la posibilidad de no sea posible encuentros sexuales de algún tipo con un ente desencarnado.

La historia de Doris D

En 1974, el equipo de expertos del laboratorio de parapsicología perteneciente a la Universidad de California recibió una visita inesperada. Una mujer llamada Carla Moran, pero a la que aún se sigue conociendo como Doris D. pseudónimo usado para proteger su identidad, se puso en contacto con el doctor y director de dicho departamento, Barry E. Taff.

Con evidentes síntomas de angustia, Doris le contó al escéptico investigador que por las noches, en su propio dormitorio, una entidad invisible la violaba. En ocasiones la agresión sexual era tan violenta que en su cuerpo eran visibles magulladuras y heridas varias, incluso en la zona genital. En un primer momento, el psiquiatra achacó los "ataques" a un desorden mental de la mujer; pero en cuanto Doris le mostró las heridas, el dictamen inicial tuvo que ser modificado. Lo que Barry Taff desconocía en ese momento es que existía una larga casuística de casos similares desde tiempos inmemoriales.

En la antigüedad estas presuntas agresiones sexuales por parte de entidades invisibles eran atribuidas a unos seres conocidos por el nombre de íncubos y súcubos: una especie de númenes de la naturaleza o demonios que poseían principalmente a las mujeres. Por supuesto, en pleno siglo XX doctores como Barry E. Taff ya no creían en la existencia de íncubos y súcubos, sino que atribuían este tipo de fenómenos a desequilibrios mentales o a las capacidades desconocidas de nuestro cerebro. Sin embargo, el caso de Doris D. ponía en entredicho cualquiera de las dos teorías anteriores.

Las marcas y heridas de su cuerpo difícilmente podían ser explicadas de forma enteramente científica, o al menos teniendo en cuenta los parámetros de la ciencia más ortodoxa. El caso captó la atención del doctor Taff, que decidió entrevistar de un modo más exhaustivo a la mujer, de la que por cierto sólo se sabe que residía en la localidad de Culver y que era viuda. Posteriormente hizo lo propio con sus hijos y vecinos, quienes le confesaron que ellos también habían sido testigos de los fenómenos. Desde ese instante, al supuesto agresor invisible se le conoció por el nombre de "el ente".
Fuente Octavavida

Hay muchos fantasmas que aún vagan buscando amor en este mundo,.. y también hay los que buscan un contacto más íntimo y a veces carnal, por lo que asumiendo que un fantasma o alma en pena está “atrapada” en nuestro mundo por causas y bajas pasiones terrenales en muchos casos, ya no se descarta que existan fantasmas que quieren tener encuentros sexuales con los vivos.

Las experiencias de actividad sexual paranormal son en fin un tema delicado, aterrador en casi todos los casos, y algo para tomar en serio,.. y esto aún si a alguien le parece interesante, como fetiche personal, vivir tal tipo de experiencia.

Hasta aquí lo que menciona Reynaldo Silva en su blog en lo que sería un buen tema de investigación, no así de experimentar, ya que creo que pocos deben querer tener una experiencia sexual paranormal. Es cierto que es un tema del que mucho no se habla, pues he oído pocas historias de este tipo, pero no por eso menos interesante ya que como sabemos el mundo de lo paranormal es increíble ¿Tú que opinas de este tipo de actividad paranormal?
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